El primero fue del Globo

Fuente:www.diariocronica.com.ar

Huracán ganó 1-0 en la Apertura de la Zona 62 del Argentino “C”

Con un gol de Jorge Javier Barrera en el segundo tiempo, Huracán le ganó a Jorge Newbery en el inicio de la zona 62 correspondiente al Torneo Argentino "C". Daniel Tiznado fue expulsado en el primer tiempo. Muchísima gente se acercó al Estadio Municipal "Comodoro".

Los clásicos hay que ganarlos. Ese es el primer mandamiento en los libros del fútbol. Después se pueden analizar merecimientos, circunstancias y argumentos que fundamenten un resultado. Desde acá se podría decir que a Huracán le costó mucho conseguir la diferencia a pesar que jugó durante 65 minutos con un hombre más o que Newbery hizo un desgaste físico y anímico conmovedor y que, al final, se quedó con las manos vacías.

Pero como –se insiste- los clásicos hay que ganarlos, hoy le toca al Globo mirar los diarios con una sonrisa, disfrutar de las fotos y hacerle un guiño a la tabla de posiciones que lo tiene en el peldaño más alto. Huracán hizo lo que tenía que hacer. Porque después de un comienzo equilibrado, con la mediocridad como punto más visible, el Globo se encontró con la ventaja numérica por la insensata expulsión de Daniel Tiznado. El defensor fue a buscar una pelota alta con Pablo Romano, pero se pasó de revoluciones, levantó demasiado el codo y no sólo le hizo daño al delantero, sino que perjudicó muchísimo a las pretensiones del Lobo. Sin embargo, hasta el final del primer tiempo, Huracán no supo leer la manera de aprovechar la ventaja. Newbery se adaptó mejor a esa circunstancia del juego y por eso, el partido siguió manteniendo un desarrollo anodino.

Apenas un par de aproximaciones de cada lado, hicieron que Matías Cano y Claudio Sandoval no tuvieran demasiados revolcones. La fricción era dueña y señora del juego y apenas se podía escapar de la monotonía con alguna patriada de Martín Subiabre o un enganche de Jorge Aynol. El cero a cero de la primera mitad fue un espejo exacto de lo que –ambos- se encargaron de engordar con la receta de la imprecisión, mezclada con varias pizcas de falta de audacia. El segundo tiempo fue diferente. Portalau adelantó a Maximiliano Vivas de la mitad de la cancha hasta la posición casi de puntero derecho y la insistencia del Globo empezó a encontrar el sendero del éxito por el carril derecho. Se sucedieron cuatro chances continuadas para Huracán. Un remate de Vivas dio en la base de un palo, José Ocampo cazó un rebote y con Sandoval adelantado, la tiró de emboquillada pero se fue soplando el parante izquierdo. Un cabezazo de Nicolás Romero con buena respuesta de Sandoval y un remate de Romano que reclamó otro manotazo del arquero "aeronauta", hicieron que el 0-0 se transforme en injusto para el Globo.

El futbol es apasionante por las variables que es capaz de generar. Con Huracán como amplio dominador, el cero se hizo más compacto, pero cuando Newbery asomó con un par de contragolpes como para equilibrar el desarrollo –remate de Diego Arismendi que pegó en Romero con Cano tapado-, se encontró con un golpe en el mentón. La jugada del gol se inició con un enorme quite de Martín Subiabre sobre la izquierda, después, la descarga fue para Marcos Carrizo, quien metió desborde por la izquierda, centro atrás, un par de rebotes y el empeine derecho de Jorge Barrera que se llena con la "bocha" para ubicarla abajo, entre varias medias azules.Promediaba el segundo tiempo y Huracán sentía que podía mantener la racha positiva del clásico. Porque ya no fue tan impetuoso como en el inicio, sino más calculador, menos pasional para defender lo que tanto le había costado. Newbery amagó una reacción sustentada en el fuego interno, pero con escaso fundamento externo. No alcanzó el amor propio de Maximiliano Gatti, Lucas Pinda y Franco Santana, como tampoco se podrá dimensionar mucho el excelente trabajo de Claudio Sandoval para sostener el cero.Huracán levantó la bandera de la alegría por el primer paso bien dado. El tránsito ofrecerá un sendero tan o más complicado que este debut. Para corregir hay tiempo, hoy lunes, el Globo espiará la portada del diario, se lo pondrá bajo el brazo y caminará ancho y silbando bajito.