lunes, 22 de septiembre de 2008

Ganamos Todos


Huracán y Jorge Newbery no se pudieron sacar diferencia a lo largo de los noventa minutos e igualaron sin goles en el Estadio Municipal Comodoro, pero lo más importante fue que se pudo volver a disfrutar de un clásico sin tener que lamentar ningún tipo de hechos de violencia.



Tanto se habló durante la semana que ya no se sabía con que tipo de reacción se podía llegar a encontrar en esta nueva edición del clásico más importante de la Patagonia. Las advertencias, casi amenazas, se hicieron escuchar por todos los medios y afortunadamente hicieron mella en la razón de todos, principalmente de aquellos que dicen llamarse hinchas, para que se pudiese disfrutar del evento más significativo de nuestro fútbol.



El encuentro comenzó con buen ritmo, la lucha por ver quien dominaba en la zona central empezó a ganarla Huracán basándose en el buen trabajo de Martín Subiabre que de a poco impuso su presencia y generó el volumen de juego necesario para que el "globo" inquietase a Claudio Sandoval. Justamente el arquero "aeronauta" debió exigirse al máximo para evitar en un par de minutos la caída de su valla. Primero tapándole un remate cara a cara a Pablo Romano y después ahogándole el grito de gol a Maximiliano Vivas por partida doble.

A partir de ahí, Newbery emparejó el encuentro y lo llevó nuevamente a la disputa de ver quien se imponía en el mediocampo, aunque no pudo acercarse con peligro al arco defendido por Matías Cano. A pesar de esta paridad lograda por el "lobo" fue Huracán el que volvió a poner a prueba las cualidades como arquero de Sandoval que con mucha seguridad y sin dar rebote se quedó con un cabezazo de Jonathan Brigatti Gómez.

La mejor de Newbery en la etapa inicial estuvo en el pie derecho de Diego González, el ex jugador del Deportivo Sarmiento desbordó por el sector derecho y sacó un centro que comenzó a cerrarse a tal punto que casi se mete en el segundo palo por sobre las espaldas de Cano.


En el complemento la historia cambió totalmente y decayó mucho el nivel de ambos lo que originó que el encuentro se tornase bastante aburrido, sin embargo en el arranque nos ilusionamos con una buena jugada colectiva de Huracán que arrancó en Oscar Marchant, este habilitó a Pablo Romano que desde la puerta del área sacó un fuertísimo derechazo que salió muy cerca del palo y que arrancó el uhhh de la parcialidad local y los reproches de Brigatti Gómez y José Ancatén que entraban solos por la izquierda.

Después de la chance desperdiciada por Romano el desarrollo del juego fue cuesta abajo, la lucha y la fricción se adueñaron del partido motivo por el cual no extrañó que algunos se marchasen antes a los vestuarios. El primero en ver la roja fue Roberto Morales, el volante central recibió la segunda amarilla llegando a la media hora del complemento por una infantil infracción que cometió en la mitad de la cancha.

A pesar de la inferioridad numérica, el "lobo" supo como cerrar los espacios y no dejarle lugar a Huracán para que se viniese con todo en busca del triunfo. La impotencia de los jugadores del "globo" de no poder quebrar a su eterno rival se vió reflejada sobre el final con la expulsiones de Juan Cruz Hernández, por doble amonestación, y de Subiabre, por juego brusco.

En el global, analizando lo que dejaron cada uno a lo largo de los noventa minutos el empate termina siendo el resultado más justo. Huracán fue superior y lo tuvo en el primer tiempo donde chocó con Sandoval, mientras que en el complemento la desorientación de adueñó de ambos y les hizo perder el rumbo. Más allá de lo futbolístico, en el otro análisis, el clásico ganó por goleada y festejamos todos.

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